Anemómetro:

El anemómetro se encarga de medir la dirección y la velocidad del viento en una zona. Este dispositivo funciona mediante la utilización de tres receptores muy parecidos a cucharas colocadas sobre su eje. Este dispositivo mide la velocidad a la que gira estos receptores y tras realizar los cálculos pertinentes, este aparato enviará los datos a un ordenador que mostrará la velocidad del viento en millas o kilómetros por hora, según el país en el que nos encontremos.

Pluviómetro:

Gracias al depósito del que dispone, recoge el agua en planea lluvia hasta llenar su cilindro con una medida de aproximadamente 20 centímetros, que indicará en litros o mililitros la cantidad de agua que ha caído por metro cuadrado. Existen otros pluviómetros que funcionan con el peso, calculando los gramos de agua que han entrado en el cilindro y pasándolos a centímetros cúbicos.